6 de junio de 2010

Bebo Valdes.


El pianista bebo Valdés, es una figura central de la época de oro de la música cubana; padre de Chucho Valdés. Comienza su carrera profesional como pianista de una de las orquestas más populares de la época, la de Julio Cueva, para la cual compone el mambo "La rareza del siglo". Transcurre la década de los cuarenta y el célebre contrabajista cubano, Israel López Cachao cambia el curso de la música cubana con su danzón "Mambo". Bebo se suma a la orquesta de Armando Romeu en Tropicana, el cabaret más famoso de la Isla. En poco tiempo, es asesor musical del célebre cabaret. El productor Norman Granz, entusiasmado por la reacción al jazz afrocubano en Nueva York, le recomienda a Valdés en 1952 la primera descarga de jazz cubano que se graba en la isla. En esas fechas, la orquesta de Valdés se escucha en la radio a la ancho y largo de la isla. Uno de los vocalistas es Benny More, quien se inspira en la formación para crear su propio big band. Por su parte, Bebo crea un nuevo ritmo, la batanga, y continúa componiendo. Uno de sus temas, "Rimando el cha-cha-cha" es todo un éxito para la Orquesta Riverside. Firma para acompañar a los artistas del sello Gema. Entre ellos se encuentra un cantante de incomparable fraseo, "El Guapachoso" Rolando Laserie, cuya popularidad es solamente superada por Moré.
Al comienzo de los sesenta en Méjico, es director musical del bolerista chileno Lucho Gatica. Va de gira por Europa con los Havana Cuban Boys. Creador de la batanga, su vida dio un vuelco de ciento ochenta grados cuando decidido exiliarse en 1960 a Suecia adonde echó raíces y creo su propia familia permaneciendo alejado de la música durante muchísimo tiempo. Su primer contrato le llevaría a tocar durante seis meses en un club del Circulo Polar Ártico. En Estocolmo, se enamora, se casa, y se suma en el más profundo anonimato. Pasan más de treinta años. El 25 de Noviembre de 1994, Bebo recibe una llamada de Paquito D´Rivera, invitándole a grabar un nuevo disco en Alemania. Tres días después, D’Rivera produce Bebo Rides Again, colección de clásicos cubanos y originales de Valdés, compuestos especialmente para la ocasión. El tiempo no pasa en vano. Suena mejor que nunca. Comienza una nueva carrera a sus setenta y seis años.
En el año 2000 se lanza la película dirigida por Fernando Trueba, Calle 54, junto con un doble un CD de la banda sonora de la misma. El éxito fue extraordinario; se trata de unos encuentros históricos entre los más grandes del Jazz Latino entre los que han participado, entre otros, Bebo Valdés, Tito Puente, Eliane Elias, Jerry González, Michel Camilo, el propio Paquito D'Rivera, Cachao y tantos otros extraordinarios músicos afrolatinos. Su reciente disco, con Lola Records, titulado "El Arte del Sabor" junto con Cachao y Patato salió en Abril de 2001. Le han otorgado por el mismo el Grammy al Mejor Álbum Tropical Tradicional.
A sus 85 años, Bebo Valdés es ya reconocido como una de las grandes figuras vivas de la música internacional. Su disco Lágrimas Negras junto al cantaor flamenco, Diego el Cigala, ha situado de nuevo al pianista cubano en plena actualidad. Lágrimas Negras es un éxito mundial y se publica en todo el mundo, ganando un Grammy Latino. El último proyecto de Bebo por ahora es su participación en la última película de Fernando Trueba titulada: "El Milagro de Candeal", un film que cuenta, entre otras muchas cosas, la historia del viaje de Bebo Valdés a Salvador de Bahía (Brasil) para reencontrarse con sus orígenes africanos.
Entrevista a Bebo Valdés, pianista
"Yo estoy aprendiendo mucho de los flamencos"
Ezequiel Paz. Madrid, julio de 2003
Bebo Valdés ha forjado su carrera a golpe de éxitos. Íntimo de algunos de los personajes que han cambiado el curso de la historia de la música cubana y el jazz latino, los mayores elogios le llegan de manos de algunos musicólogos que lo emparentan a los cimeros compositores decimonónicos cubanos como Saumell, Cervantes o Romeu. A sus 84 años y medio, sus dedos añosos y algo artríticos, pero aún ágiles, son capaces de atacar escalas endiabladas o tumbaos originales del mambo que inventó Cachao López. Desde que los flamencos lo han acogido en su seno su sentir musical se ha revitalizado y engrandecido. Siempre luminoso en sus circunloquios pianísticos, Bebo Valdés cristaliza en forma de disco su colaboración con Diego el Cigala. El resultado, 'Lágrimas Negras', un disco de boleros conspicuos bajo diversos tamices estilísticos. Quejío con fundamentos tropicales, duende y sabor, negritud y esencia jonda en los que el cante y el toque se persiguen y se encuentran, se acarician, se besan y se funden en un solo sueño.
Bebo Valdés y Diego el Cigala
En sus tiempos de formación musical algunas de sus influencias más importantes provienen del acervo español. ¿Qué música le impactó más?
Manuel de Falla, Joaquín Turina e Isaac Albéniz. Falla por sus arreglos, tenía una técnica muy francesa basada en lo español, parecía alumno de Albéniz. Este último y Turina me encantaban porque me llegaban al corazón. Sin embargo, si tengo que elegir a uno de ellos, me quedo con Falla, para mí es el mejor de todos.
¿El flamenco apareció en su vida haciéndole revivir aquellos amores de juventud con la música española?
(Risas) Puede decirse que sí, pero de aquellos grandes compositores hasta el flamenco pasaron algunos años, concretamente, hasta que un muchachito flamenco (Diego el Cigala) me escuchó tocar con Chucho y Cachao López el bolero 'Lágrimas Negras' y me comentó que él quería aprender. Yo desde el principio le dije que por qué no. Entonces el primer encuentro se produjo en casa de Fernando Trueba. Tocando con Dieguito empecé a descubrir semejanzas entre la música cubana y la española. Por ejemplo, que hay una cadencia malagueña que es exactamente igual que el guaguancó nuestro. Como en otros muchos casos, existen similitudes rítmicas y armónicas gracias a las influencias africanas e indias. Así, naturalmente empezamos a tocar bulerías, seguiriyas y guajiras que aquí llaman colombianas.
Pero, además en ese hilo conductor que enlaza el flamenco con el afrocubanismo, existen otras analogías entre, por ejemplo, el tango y las comparsas o entre la rumba flamenca y los cantos "de nación" de origen yoruba...
Sí, yo creo que todo eso se debe a que en Cuba la colonización empezó en 1509. Además de todo lo que mencionaste no hay que olvidar un género eminentemente español que viajó a Cuba y que se llamó habanera. Ocurre lo mismo que con la contradanza, pero mientras la habanera recaló en la Habana, la contradanza entró por Santiago de Cuba proveniente de Haití y de Francia. Los terratenientes haitianos se establecieron en Santiago y Guantánamo portando consigo a sus esclavos. Estos negros que trabajaban en las plantaciones de caña o añil tenían sus músicas que eran entre otras muchas, la contradanza al estilo africano y el son-changuí. Pero con la contradanza existen versiones contradictorias sobre su origen. Algunos musicólogos cuestionan su origen francés y dicen que proviene de la "country music" inglesa. Yo sin haber podido probar nada considero que es ciento por ciento francesa.
Bebo Valdés
Demos un salto a la modernidad y hablemos de Paquito de Rivera, él fue el principal responsable de su vuelta a los escenarios internacionales tras más de veinte años de apartamiento...
Paquito un día de 1994 me llamó y me pidió que lo ayudara ya que tenía una presentación musical y le faltaban piezas originales. Yo le respondí que estaba fuera de eso, que hacía años que no había compuesto nada. ¿Pero tienes ideas? Sí, ideas tengo unas cuantas. Entonces me puse a registrar mi material y en 36 horas preparé algunas piezas como 'Oleaje', una obra para piano sólo. El disco era para Paquito, pero él finalmente me cedió los créditos y así finalmente salió 'Bebo Rides Again' ('Bebo Cabalga de Nuevo', en su traducción del inglés)
Usted participó muy activamente en la vida musical de las décadas de los 40 y 50, en los tiempos anteriores a la Revolución. ¿Qué recuerdo guarda de aquella época?
Cuba en aquellos tiempos era muy frecuentado por los americanos, especialmente de noviembre a marzo. Ellos venían y se metían a rumbear, a jugar en los casinos... por aquel entonces yo ya andaba metido en el jazz, aunque también estaba asimilando la rutina de la calle, el boogie-boogie, el danzón, la rumba. Ahí comencé a trabajar con Cachao en una orquesta que formamos en 1937 en la que él "desintegró" el mambo a su manera con esos bajos locos que él metía. Luego vino la orquesta de Camacho, pero yo no dejaba de estudiar. En 1943 entré en el grupo de Wilfredo García Curbelo "Curbelito". Por esos años yo ya estaba terminando mis estudios, había terminado armonía y empezaba con el contrapunto y la orquestación. Yo no estaba acostumbrado a variar de tonos en el medio de un show así que, a la fuerza, tuve que pasar de la universidad del conservatorio a la universidad de la calle.
¿Fue en ese tiempo que Norman Granz, el mítico productor de jazz, le enconmendó grabar una sesión?
Eso fue un poco más tarde en el 1952. Yo no puedo decir que lo viera. Llegaron una "pila" de americanos a nuestro show del Tropicana y nos contrataron para grabar la primera descarga cubana de la historia. Como un mes más tarde, la sesión se grabó en unos estudios de la Habana, pero sin la presencia de Granz, que no sé por qué, no pudo viajar para supervisar el set. Fue una típica descarga cubana entre rones y cervecitas... buena de verdad.
Bebo Valdés
Usted ha señalado alguna vez que no es lo mismo el afrocuban-jazz que el latin jazz, ¿Cuáles son las diferencias entre ambos?
Afrocuban-jazz era lo que nosotros tocábamos cuando improvisábamos sobre bases rítmicas cubanas, lo mismo que Mario Bauzá hacía en Estados Unidos, pero el problema principal tiene que ver con el "business" porque a las disqueras de toda América Latina les convenía el término latin-jazz. Eso incluía a todo el continente y aseguraba un número mucho mayor de ventas
En ese sentido, ¿cree usted que músicos como Xavier Cugat o Dámaso Pérez Prado sacrificaron la complejidad rítmica y "aguaron" el jazz-afrocaribeño en aras de la comercialidad?
Bueno, no sé, yo puedo hablar especialmente de Pérez Prado, provenía de Matanzas, hacía muy buenos arreglos, quizás en su ida a México, cuando le llegó la fama descuidó algo la calidad de su música. Xavier Cugat, era más caricaturista y agente de Hollywood que músico, aunque su show tuvo muchísima aceptación y ganó mucho más dinero que cualquier artista cubano.
El que fue más artista que comerciante fue Benny Moré, la voz sonera de Cuba. ¿Es cierto que cuando Benny vio tocar a su hijo Chucho, chiquito, le espetó: "¡Oye, ése chico va a tocar mejor que tú!"?
(Entre risas) Eso fue lo que él dijo... Yo a Benny lo conocí en 1945, yo estaba trabajando para una radio como arreglador de plantilla. Miguel Matamoros necesitaba un (vocal) segundo porque el suyo se había enfermado. Benny lo sustituyó. Su mérito fue impresionante porque él tuvo que aguantar mucha lucha como guitarrista callejero. Nadie pensó que pasaría de eso a liderar su propia orquesta. Sin embargo, aunque sabía dar entrada a su orquesta, él no era director, el que se encargaba de eso era su arreglista, Generoso Jiménez. Por la época en que yo estrené (el ritmo) "batanga", él vino a pedirme trabajo pues Mencerón lo había echado de su piquete. Yo hablé con Paquito Gutiérrez y ahí empezó con nosotros en la radio. Despúes de esto el Benny triunfó.
Bebo Valdés y Diego el Cigala
Si hablamos de Bebo no podemos dejar de mencionar la saga pianística de los Valdés. Primero su hijo Chucho, ya consagrado y ahora, ¿también su nieta?
Sí, es increíble. La hija de Chucho, Dayane, que es su gran apuesta personal, ganó un primer premio de piano clásico en Italia con 19 años. Hace poco Chucho me la presentó, ella me miró a los ojos y me advirtió que iba a seguir la estela de Chucho y mía en el jazz. Pero no me lo dijo como buscando consejo, sino afirmándolo. Claro, ella quería que yo convenciera a Chucho para que la deje seguir ese camino... Por ahora, te puedo decir que tenemos una cita -yo ni lo sabía- en el Festival de Jazz de San Sebastián el 27 de julio. En primera instancia, vamos a estar Chucho con su grupo y yo con el de Cigala, pero parece que también habrá un encuentro a tres pianos entre Chucho, su hija yo.
Algunos críticos han señalado que su forma de tocar entronca más con los pianistas "neoclásicos" cubanos del siglo XIX como Romeu o Saumell que con los jazzistas del siglo XX...
Todo es una cuestión de estilo... Cuando yo hice la "batanga" dijeron que era lo más adelantado que había en Cuba. Pero yo no me puedo olvidar de Ernesto Lecuona o Romeu, ellos marcaron el territorio que después pisaríamos los demás.
"Queríamos darle una lectura diferente a 'Lágrimas Negras' de los cientos de versiones que existen"
Centrémonos en el disco que acaba de salir a la calle, 'Lágrimas Negras', donde los boleros coquetean con el flamenco. ¿Por qué un disco de boleros y por qué 'Lágrimas Negras'?
'Lágrimas Negras', porque es un bolero clásico de Miguel Matamoros y queríamos darle una lectura diferente, en lo posible, a los cientos de versiones que existen. Además ese bolero enloquece a El Cigala. Y el resto de boleros... porque los he tocado durante toda mi vida. Te puedo decir que la gente está entusiasmada con este show, tiene partes muy emotivas en las que la el público llora y partes muy guaracheras.
A la hora de tocar bulerías, tanguillos u otros palos, ¿cómo se implementa la adaptación en su piano?
En lo básico, en el estilo, no cambio nada, intento mantener la forma. Otra cosa es que cambie algo las armonías para embellecerlas. Yo estoy aprendiendo mucho de los flamencos. Entre Dieguito (El Cigala), el Niño Josele, El Piraña, me estoy metiendo en su mundo y ellos en el mío. Mira, esto me lo regalaron ellos -nos muestra orgulloso una estampita que porta atada a su muñeca derecha-, pertenece a una cofradía de gitanos de Almería. Ellos me dicen que yo soy de ellos y yo les digo que también ellos son míos (hace una pausa). Lo increíble es que son muy musicales. Mira, sin ir más lejos, el Niño Josele, no fue nunca al conservatorio y es un concertista de los mejores.
Para concluir, ¿qué proyectos maneja para el futuro?
Yo no tengo proyectos de futuro sino de presente. Yo pienso hacer de todo mientras Dios me de vida. A mi edad no estoy para hacer planes a largo plazo. Claro que voy armando números de dos meses en dos meses. Lo que sí te digo es que todavía voy a dar guerra porque ya están grabados otros tres discos míos este año. Uno con mi big-band, otro de violín y piano solos y uno más con un noneto. Cada disco muestra una faceta mía. Todo eso me lo sugirieron Nat Chediak y Trueba y por suerte se pudo hacer. Ahora sólo pido que Dios nos ayude y que podamos seguir juntos mucho tiempo.
Bebo Valdés gana Premio de la Academia de la Música de España
El músico recibirá el premio el próximo 4 de marzo en Madrid (Archivo)
10:11 AM Madrid.- El músico cubano Bebo Valdés ha sido galardonado con el Premio Latino de Honor en la XIV edición de premios que concede la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música de España.
El pianista, compositor, arreglista y director, figura clave en la génesis y evolución del jazz latino, recibirá el galardón en la gala de los premios, que se celebrará el próximo 4 de marzo en Madrid, anunció hoy la Sociedad General de Autores y Editores (Sgae) de España.
Nacido en 1918 en Quivicán -un pequeño pueblo de la provincia de La Habana-, Bebo Valdés vivió los años dorados del Club Tropicana, donde trabajó desde 1948 hasta 1957 como pianista y arreglista en la orquesta de Armando Romeo, recordó Efe.
Durante esta época creó "Sabor de Cuba", su propia big band y gracias a su respaldo triunfaron figuras como la vedette Rita Montaner y los cantantes Beny Moré y Rolando Laserie.
En los inicios de la década de 1950, el músico cubano comenzó a organizar sus "descargas", sesiones de improvisación de jazz afrocubano que fueron grabadas por el productor estadounidense Norman Granz dentro de la serie de conciertos "Jazz at the Philarmonic".
También en esta época Valdés conoció y grabó junto a Nat King Cole y fue el inventor de la batanga, un nuevo ritmo que entraba en competencia con el mambo de la época.
Tras la revolución cubana en 1960, el artista cubano residió en Estocolmo durante décadas prácticamente en el anonimato.
Valdés volvió a los estudios de grabación en 1994, año en el que grabó "Bebo rides again", producido por Paquito D'Rivera.
Sus trabajos posteriores, los documentales "Calle 54" (2000) y "El milagro de Candeal" (2004) y los discos "El arte del sabor" (2001) y "Bebo de Cuba" (2005), son colaboraciones con el director Fernando Trueba
Esta última época de su carrera, que tuvo un punto álgido con el disco "Lágrimas negras" (2004), grabado con Diego el Cigala, ha estado marcada por los reconocimientos y los premios al artista cubano, entre los que destacan varios Grammy.





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